Oh! no calles! ni juntes tus labios! Quiero respirar el oxigeno tal cual le da vida a la mañana que se desierne, a los vulnerables testigos que nos llaman a sus mansiones terrenales. De piedra nos quieren formar, sus mañas quieren continuar.
Oh mi vida! No dejes tu terciado pelo en las afueras que no demorará en rebalsar y ser cortado por la mismísima diosa que viene a buscarte ¿Que precio pagaste para que la naturaleza te hiciera tan perfecta como ella?
No juntes tus labios ni para dormir, a la estrella que está por caer caerá en tu pecho, más flexible, mas suave que una hoja seca caerá.
Yo seré la estrella y tú serás la que lo hace brillar.
Es indudable bajar la mirada y cualquiera que fuera yo, estaría como ahora estoy, Dios es testigo que no nací para ti porque de alguna u otra manera moriré por ti.
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